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24 de julio de 2019

Tía María y los quintacolumnistas


Quinta columna es una expresión surgida en la guerra civil española cuando el General Mola explicaba que cuatro columnas, se aproximaban a Madrid desde diferentes direcciones y una quinta se encontraba en la ciudad, infiltrada y haciendo obviamente, trabajo clandestino entre filas.

Así, quinta columna devino en sinónimo de pérfido o traidor pues normalmente ocultos en el anonimato y muchedumbre, sus lealtades valen nada. Quinta columna en jerga sería alguien que “patea con los dos pies” o “cobra con las dos manos” a la luz de la corrupción sin barreras.

“Piensa mal y acertarás” es un acertijo que en Perú más parece un mandato. “Honestidad que hace la diferencia” dijo Humala y la corrupción inundó su mandato. “Cholo sano y sagrado” llamaron a otro corrompido en 360 grados. La política, degradada a nivel de negocio turbio.

¿Qué tiene que ver lo anterior en el proyecto Tía María? Mucho. Alguna minería irresponsable dejó pasivos ambientales en el pasado y recientemente entre los relaves se autosepultaron Pepe Julio Gutierrez y los hermanos Chávez Sotelo, caudillos antimineros pidiendo coimas para frenar protestas o clamar por muertos para agravarla. Ello, define el nivel de estos adalides antimineros y sus jefes, que vuelven a la carga en Tía María. Embusteros de quienes siempre debimos pensar mal para acertar.

Pararon Conga en Cajamarca, región que recibió miles de millones por canon y su población sufre de extrema pobreza, no por la minería, sino por la incapacidad de gestión de gobernadores o alcaldes. Por cierto, algunos de los caudillos del “Conga no va”, hoy son congresistas o funcionarios en gobiernos regionales o alcaldías.

En la minería del siglo XXI, los daños ambientales son absolutamente mitigables y compatibles con otras actividades humanas. Cerca de Tía María, está Cerro Verde, un caso que puede servir de ejemplo pero los caudillos antimineros, prefieren la ruta fallida de Tambogrande donde hoy la informalidad minera devasta la ecología ante la indiferencia de los antimineros.

Somos el segundo tributario mundial de cobre luego de Chile y seguidos de China. El mundo demanda cobre en cantidades que alguien debe proveer y si Perú no lo hace, alguno lo sustituye. Tenemos el potencial para duplicar nuestra producción generando empleo y recursos, pero somos bloqueados por mandato de caudillos antimineros de propósitos oscuros.

¿Podemos negar absolutamente la posibilidad que algunos de estos caudillos puedan ser quinta columnas que sirvan a terceros cuya producción y control de mercados se ve beneficiada con el bloqueo? No. Pérfidos hubo y habrá.

La minería es hoy como el pan de cada día y bloquear su potencial, puede ser una estrategia indirecta en un mundo donde la proyección y ejercicio del poder, siguen siendo móviles de los estados.