Tres peruanos fueron asesinados en el Vraem y nuevamente las luces se encendieron en la capital. Un error lamentable, único e irrepetible en más de 30 años en el trámite de los cuerpos de los caídos, agravó la crítica y avivó la dialéctica que lastimosamente reaparece cada vez que debemos velar nuestros muertos.
Cada vez que muere un soldado en operaciones, cualquiera sea la jerarquía, hay protocolos penosos que cumplir y nada más dramático como portar la noticia a la familia. Nunca alcanzan las palabras y siempre faltan respuestas ante los reiterados ¿por qué? de los deudos. Miles de soldados han caído desde 1980 y si bien hoy la frecuencia y el número son menores, destrozan y dejan huellas profundas en las familias.
Una constante fuerte es la crítica ácida cada vez que se producen bajas en el Vraem. Desde el ataque a la estrategia, reclamos por la militarización, que los costos son demasiados, que no es terrorismo sino narcotráfico (NT). Todo desde Lima, a distancia y muellemente.
Que, eliminar el narcotráfico es condición para que desaparezca la costra terrorista, es una teoría que colisiona con el hecho que no hay aún país en el mundo en los últimos 100 años, haya derrotado al narcotráfico. Por lo tanto ¿asumimos la condena per saecula saecolorum? No. El narcotráfico es un gravísimo problema que envuelve al país, se diversifica y demanda decisiones y acciones puntuales para mitigarlo en cada uno de sus procesos y no lo hacemos bien.
Sí, hay terrorismo expresado en secuestros de niños, expulsión de comunidades para sustituirlas por adeptos, secuestro de comunidades Ashaninkas para esclavizarlas en la producción, asesinatos selectivos de dirigentes comunales que desde la capital no se oyen. Sin embargo, hacia la sociedad proyectan una imagen de cambio respecto de sus abuelos putativos de SL. Poca investigación y pocas líneas se le dedican a esa pústula autodenominada Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP) hijos bastardos de la antigua organización terrorista Sendero Luminoso (SL)
¿Están coludidos con el narcotráfico? Absolutamente. Siempre lo estuvieron y el NT los rescató de sus cenizas cuando el Estado replegó sus bases, recuperaron libertad de acción y aglutinaron apoyo logístico ilícito.
Al MPCP no se lo tragará la selva y afirmar que desaparecerá cuando lo haga el NT es retórica pura. Los peruanos que ponen el pecho en esa difícil zona, requieren el respaldo permanente y no solo las críticas contingentes.
Como sociedad, mantengamos un ojo puesto en el Vraem. Es de interés nacional potenciar las estrategias, entender que los fenómenos mutan y que nadie tiene fórmulas arcanas para su solución.
La indiferencia y la reacción solo cuando recogemos militares muertos, también matan.