“Con el escudo o sobre el escudo” decían los espartanos de la antigua Grecia, para graficar la victoria o la muerte, el retorno victorioso o sobre el escudo como lecho. La misión es el faro luminoso que guía el camino a la victoria, se repite en las escuelas del Ejército. Un militar vive por una misión o muere en el intento, pues su cumplimiento expresa el máximo compromiso con la patria.
Por ello la formación y el ethos son diferentes. Militares y policías tienen tareas privativas, exclusivas que erróneamente se ha intentado equiparar a las de cualquier funcionario público. Ningún funcionario firma un contrato donde refrende dar su vida por la misión, por la patria. Con respeto, no pueden ser iguales. Las tareas administrativas de tiempo de paz no son el quid del asunto de la fuerza pública.
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