El Foro de São Paulo (FSP) nace en 1990 luego de la caída del muro de Berlín para aglomerar a partidos y organizaciones de izquierda de la región buscando frenar el desbande tras el cataclismo soviético. Fue Luis Inacio Lula da Silva del Partido de los Trabajadores el líder fundador. Hoy sentenciado por corrupción.
Por aquellos días solo Cuba era como hasta hoy, un régimen comunista. Diecisiete mandatarios ligados al FSP han regido los destinos de diversos países del hemisferio en los últimos veinte años.
El FSP cumplió con creces sus objetivos cambiando la estrategia de la lucha armada por el uso de la democracia para hacerse del poder y ejercerlo cambiando constituciones como Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia hasta hoy. O con respeto a la alternancia como Uruguay y Chile.
Del 25 al 28 de julio del presente año se realizó el XXV Encuentro del Foro de São Paulo en Caracas y participaron más de cincuenta países representados por decenas de organizaciones políticas.
Desde Latinoamérica y el Caribe, hasta España, Palestina, Corea del Norte, China y otros. Chile y Perú registraron la más numerosa representación: seis cada uno. Llegaron a muchos acuerdos y resaltan los siguientes:
“Revitalizar y relanzar el FSP en América Latina, el Caribe y el mundo, uniendo los movimientos sociales, populares, partidos revolucionarios, en un solo frente. Seguir a Bolivia como modelo de reestructuración social, económica, política, geopolítica y como referente mundial (sic). Impulsar la Secretaría de la Juventud del FSP”
Es interesante para el análisis de los servicios de inteligencia las conclusiones por países con obvias críticas a regímenes no afines. En el caso de Chile, recuerdan la proximidad del aniversario 50 de la llegada de Allende al poder como también la realización de APEC a mediados de noviembre, la COP25 de diciembre del presente año que avizoran como oportunidades sicológicas en un críptico lenguaje.
Sobre Perú, refieren las gloriosas luchas antimineras en el valle del Tambo y aun cuando no mencionan Las Bambas se intuye por dónde vienen los entusiasmos.
Toda esta información se encuentrn en las redes sociales y entonces la pregunta es: ¿en qué van los servicios de inteligencia estratégica incapaces de prevenir la violencia totalmente predecible? Y ¿dónde está la lucha política e ideológica de los partidos políticos? Como en la física, espacio que dejas, es espacio que se ocupa.
Nada tiene que ver todo lo anterior con las desigualdades y problemas sociales existentes en cada uno de los países de la región. Esas son las condiciones objetivas. Las subjetivas las pone el FSP, mientras la inteligencia bosteza.