Las crisis políticas agudizan la inestabilidad nacional expresada en caída de inversiones, desempleo, inseguridad, déficits en salud y otros problemas sociales. Y las soluciones que se plantean, apuntan casi todas a los síntomas y no a las causas raíces. Casi comopretender curar una enfermedad catastrófica con aspirina.
Uno de los problemas centrales es la pésima organización del Estado peruano. En plena era digital, con enormes brechas y necesidades básicas insatisfechas, seguimos organizados como en el siglo XX con burocracias supinas que devienen enempantanamientos, corrupción, conflictos y sin liderazgo que busque transformaciones racionales mirando adelante y no hacia algún flanco.
De la forma como se organiza el estado, es cómo fluyen los procesos y en ciertas partesvitales es enrevesada y el principal “cliente” que es el ciudadano, no es el centro de la preocupación ni de la atención.
Por Constitución, somos un Estado unitario pero la deficiente descentralización, presenta parcelas de poder centrifugo que jalan en cualquier dirección sin visión compartida ni norte nacional. Así, predominan los colores políticos, intereses de grupo o las veleidades de los jefes de la comarca sean gobernadoreso alcaldes.
Los gobernadores por más de quince años actuaron por su cuenta y recientemente fueron integrados al GORE- Ejecutivo. Igual sucede con los alcaldes quienes gozan de total discrecionalidad y pueden hacer son su presupuesto monumentos al renacuajo,mientras la población sufre sin agua ni salud. Si los alcaldes no tienen relaciones de dependencia legal con los gobernadores no habrá integración ni visión integral de desarrollo y pasa en las regiones lo que a nivel nacional: cada quien hace lo que quiere sobre tierra fértil para el caudillismo y la corrupción.
Un Estado unitario donde gobierno central, gobernadores y alcaldes integrados en redes de gestión en todo el país, con flujos de poder y responsabilidad definidos ¿para qué tener Prefectos y Subprefectos y los costos que acarrean? Normas, protocolos y penas son necesarias para que la autoridad descentralizada no sea por ejemplo, cabecillas de paros y marchas contra el ejecutivo, es decir contra ellos mismos que astutamente orientan contra Lima.
Con tres poderes del Estado en paralelo o divergentes como si fuesen de países distintos ¿cómo generamos objetivos nacionales y políticas de estado de largo plazo? La falta de norte se siente y el desorden y brechas existentes propician que Catilinas criollos busquen persistentemente refundar la patria.
Este periodo está perdido entre el gran potencial y la mezquina realidad. Lo recordaremos como el quinquenio de las oportunidades desperdiciadas y es un desafío pensar en las siguientes generaciones.
Empecemos creando regiones donde la Constitución dice departamentos, pero elegimos gobernadores regionales. ¡Kafkiano!