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16 de mayo de 2019

Fiori y la gran tragedia peruana (Expreso)


La casi veintena de muertos calcinados en el paradero informal de Fiori, nos estalla en la cara a los peruanos, para recordarnos que miles de tragedias nos rodean debido a la frágil autoridad y el irrespeto por la ley que cual rebatos de campana nos conducen a Jorge Basadre y su análisis del Estado empírico y una de sus secuelas, el abismo social.

Es un grave error pretender construir un Estado a punta de leyes sin importar su cumplimento por falta de conciencia. ¿Analfabeto? Sí, pero tienes que cumplir las leyes aunque no las puedes leer. ¿Migrante a la ciudad? Sí, pero debes aprender a vivir en ella como puedas o te lo cuenten. ¿Comerciante? Sí, pero debes lidiar con la Sunat o la maraña de leyes y prohibiciones. Entonces la informalidad se hace Estado de manera espontánea y es la salida casi natural del angustiado y también del delincuente.

El Estado naufraga en más de 30 mil leyes y unas 600 mil normas que ratificarían peligrosamente a Tácito: “cuanto más corrupto es el Estado, más leyes tiene”. La visión cortoplacista y falta de luces para cambios estructurales especialmente en educación que forje ciudadanos, nos condena a leyes que nacen para ser incumplidas aun por el propio Estado, mientras los temas centrales como la seguridad y vida de los peruanos o los activos críticos nacionales no gozan de alguna prioridad.

Miles de muertes al año en accidentes de tránsito por exceso de velocidad, conductores que se estrellan dormidos, tráfico descontrolado, vehículos que circulan a pesar de millones impagos por multas, confirman que las normas detrás de multas y otros, son inútiles y los dueños o choferes saben muy bien que la autoridad no rige, no vigila y hacen lo que quieren en esta competencia donde ¡el que puede, puede!

Los deberes y derechos son como las dos caras de una misma moneda y nuestra Carta Magna muestra la hebra que lleva al ovillo. Decenas de derechos pulcramente enunciados y los grandes ausentes son los deberes. Bien por los derechos y mal que esquivemos los deberes desde el origen de nuestro ordenamiento jurídico. Clamamos derechos y ¿quién clama por los deberes que nos hagan ciudadanos iguales?

La hermosa identidad nacional que aflora cuando el fútbol nos ilusiona es asignatura pendiente para que todo lo demás tenga sentido. Hay muchos Fiori latiendo en carreteras, en pequeños pueblos, aeropuertos, en las minas. El Perú no se sintetiza en un paquete de leyes, el Perú tiene que ser un consciente sentimiento patrio por la legalidad y la vida. Por la institucionalidad.

La gran tragedia peruana es que el Estado evoluciona imparable de empírico a informal. A Estado chambón.