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18 de diciembre de 2019

El río Santa no tan caudaloso


“Río Santa, río Santa caudaloso”, dicen las letras iniciales de una hermosa canción ancashina de la cantautora María Alvarado Trujillo, más conocida como Pastorita Huaracina. Esta canción en sus letras, puede sintetizar no solo la alegría ancashina por todo lo que le dio la naturaleza, sino también las frustraciones y dolores por las traiciones de sus autoridades.

El río Santa nace en la Laguna Conococha a más de 4 mil metros de altitud y discurre por todo el callejón de Huaylas, cruza el llamado “Cañón del Pato” generando más 300 mil Kw de energía eléctrica y desemboca en el mar de la provincia del Santa. Hoy es notoria su reducción de caudal y la tendencia peligrosa a seguir decreciendo.

La laguna matriz cada vez tiene menos agua, no hay un sistema de captura de lluvias que la nutra y su destino está en riesgo. El río más caudaloso de la costa que en su recorrido es fuente de vida directa para al menos seis provincias ancashinas y que sirve también de límite entre Áncash y La Libertad en un tramo, hoy es fuente de preocupaciones pues la parte más importante de su caudal irriga Chavimochic en La Libertad, proyecto que ya desarrolla su tercera etapa, mientras que el proyecto Chinecas del lado ancashino aún no concluye con la primera.

Hay que saludar que La Libertad logró sus objetivos, así como criticar que Chinecas no ha avanzado con el sueño de convertir los valles de Chimbote, Nepeña y Casma en los emporios agroindustriales deseados. Eficacia de un lado e ineficacia del otro.

Los problemas del lado ancashino hoy tienen varias aristas: el control de las aguas, el salvataje de Conococha, la renovación del llamado Irchim, un canal con más de 60 años que trabaja a muy baja capacidad y debe renovarse totalmente, las invasiones no resueltas con 20 mil familias en precarias condiciones de vida por falta de titulación y, para cerrar el círculo, las promesas de autoridades incumplidas, como casi siempre.

“Si las aguas de un río birregional en un tramo son utilizadas mayoritariamente por una de las regiones, puede darle el control de las aguas a aquella” comenta un experto ancashino. Y casi todos coinciden en la inequidad en el uso de las aguas. Yo también. Con la salvedad que este y muchos problemas la generan las propios autoridades ancashinas que ni siquiera se ponen de acuerdo sobre la ubicación de la gran bocatoma mientras se sigue cambiando personas sin claridad de objetivos.

Pastorita Huaracina en este panorama de incapacidades por décadas y traición de autoridades que nos robaron los presupuestos e ilusiones nos cantaría: “De qué me vale, de qué me sirve que eres Santa si tus corrientes son traicioneras, río Santa”.