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13 de marzo de 2019

Empresas políticas y robo de recursos (Expreso)


La política considerada como el arte de lo posible y del superior servicio a la sociedad, ha demostrado en el Perú, ser también el arte de lo imposible, lo inadmisible y actividad donde algunos hampones jugando a políticos, eligieron hacer los mejores negocios de sus vidas.

Las ideologías que a lo largo de la historia sirvieron como sustrato a las organizaciones políticas serias e imán de atracción popular, declinaron para dar paso al utilitarismo, el cinismo, la actuación y el lucro, so pretexto de servir a la sociedad.

La mala política es el negocio más rentable que cualquier emprendimiento legal y comparable solo al narcotráfico. Si el narcotráfico daña a la sociedad, la política como negocio es doblemente dañina pues los actores vestidos de líderes políticos se roban los votos, la confianza y luego miles de millones de soles del erario.

Para que esta maligna ecuación de emprendimiento político con lucro funcione, aparecieron las “empresas políticas”, organizaciones que se hacen de un nombre sugerente, colectan firmas, se inscriben en el ROP (cosa fácil para unos, difícil para otros), luego compiten en elecciones con gigantescas inversiones y ganar el poder les equivale a ganar una gran licitación. El tráfico de influencias las define. Una vez en el poder copan puestos claves con amigos, parientes, dueños de empresas, testaferros y más. Luego cambian prioridades y presupuestos y empieza la danza macabra para recuperar la inversión y generar “utilidades”.

Dos casos ilustren lo dicho: el Movimiento Regional Manos Limpias de Lambayeque, de Roberto Torres, tuvo a su hija Natalie como secretaria de organización. Carmen Carhuallanqui y su esposo Segundo Cadenillas eran Secretaria de la Mujer y Secretario de Economía. Dos sobrinas Sarmiento Torres, eran Secretarias de Actas y Asuntos Políticos. La novia Katiuska apodada “la Jefa” fue depositaria de millones de soles robados a Chiclayo.

Otra de tantas empresas políticas fue el Movimiento Regional Cuenta Conmigo, de Alvarez en Ancash. Más sofisticado y tenebroso pero sobre los mismos rieles. Álvarez tejió una red de operadores en los poderes del estado y fue felicitado por Humala inexplicablemente. Los sistemas de inteligencia ¿no le dijeron al presidente quién era?. Su firma política arrasó Ancash en lo material y moral, con lucro y sicariato como en el mundo narco. Cientos de millones del canon robados y los pobres sumidos en desnutrición crónica, anemia y caos que los bandidos aprovechan.

Si la pena de muerte aplica por traición a la patria en tiempo de guerra, debería penarse la traición a la nación con prisión perpetua ipso facto para aquellos bribones de la política que roban la voluntad popular y se llevan los recursos.