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20 de marzo de 2019

Defensores de la patria, entre la maraña legal y el abuso (Expreso)


“Entonces devuélvanme mi pierna y quédense con todo”, dijo un oficial desilusionado pues pretendían conculcarle un derecho de ley. Se trataba de un Defensor de la Patria (DP) quien a nombre de la nación y por órdenes del Ejecutivo fue a operaciones y perdió una extremidad. Es ese el sentir generalizado de nuestros veteranos quienes dieron parte de su vida cumpliendo su deber y deben soportar abusos y desestima como si fuesen peruanos de tercera categoría.

Fue lacerante interactuar con veteranos nonagenarios de la Batalla de Zarumilla de 1941 y oír sobre décadas de vía crucis y cuantiosas deudas del estado con sus míseras pensiones por las cuales además pelearon otras batallas contra la incomprensión y la burocracia indolente. Reclamaban sus derechos, pero sus huesos bien pudieron estar bajo tierra, porque las balas no ven grados ni apellidos.

En 1984 le aprobaron una Remuneración Mínima Vital (RMV) y se inició la maraña legal  que se extiende a nuestros días. Seis leyes, reglamentos y decenas de artículos sobre un mismo tema, para dar y quitar o quitar y dar lo que son derechos inalienables. Juicios semánticos para determinar si Ingreso Mínimo Legal equivale a RMV fue parte del calvario de los excombatientes, cada vez con menos fe en la política y los políticos. En 1,990 se multiplicó por tres la RMV, reajustable “según variación futura”.

Terminadas las campañas del 78 y 81 en El Cóndor con muertos y heridos, no se normaron beneficios a sus protagonistas y llegó el Alto Cenepa en 1995 y luego otra batalla legal hasta que en 2016 la ley 30461 unificó criterios sobre derechos para todos los excombatientes. Patéticamente quien da órdenes estratégicas nacionales, el Ejecutivo, quitó el cuerpo y fue el presidente del congreso quien promulgó la ley por insistencia y votación unánime.

Hoy la situación persiste porque subsisten funcionarios en el MEF que lejos de reconocer el incremento conforme a la variación de la RMV de 850 a 930, buscan artilugios, viajando al 2005 para pretender reducir conceptos de quienes nunca retacearon su coraje para internarse en las selvas sabiendo que podrían regresar mutilados o en un ataúd. Que mezquindad. ¡Avive Mindef!

Once millones y medio de soles al año cuestan cerrar brechas. Según la CGR, al Perú le despojan más de diez mil millones de soles al año, unos 835 millones al mes y casi 35 millones por día. ¡Déjese de dar buena pro a elefantes blancos o dejen de robar por medio día y hónrese a estos peruanos que pusieron el pecho para garantizar el suelo patrio a nombre de todos!