Los cambios exponenciales en ciencia y tecnología catapultan a la humanidad por caminos insospechados donde el pensamiento estratégico es, en términos kantianos, un imperativo categórico. Los cambios encadenan otros y algunos países dan saltos cualitativos al futuro y desafortunadamente otros incrementan las brechas y se empantanan en las políticas convulsas, lejos de las decisiones trascendentes.
Si muchas de las profesiones y oficios actuales desparecerán en las próximas décadas, hay que auscultar el largo plazo, crear escenarios y sentar nuevos cimientos de desarrollo y seguridad para la nación y uno clave es la educación.
Si alguna revolución debiera ocurrir en el país es la educativa y en ella, una poderosa herramienta es la enseñanza y práctica del ajedrez en camino a la generación...