El VRAE sintetiza el desafío más serio de la sociedad peruana en la actualidad y debe ser un axioma que involucre a toda la sociedad y no solo a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
Fernando Rospigliosi, reconocido analista, sugiere que el énfasis en la Inteligencia y empleo de Fuerzas Especiales bastan para combatir y reducir a los terroristas (para “abatirlos o capturarlos”, dice), recogiendo la tesis de Craig Collier.
Critica como majadería la propuesta del ministro Daniel Mora de emplear la ingeniería militar, pues cree que los terroristas no se inmutarán ante el desarrollo y habrá corrupción.
Recordemos, sin embargo, que es crucial ganar la adhesión de la población con obras de desarrollo en lugares donde la extrema pobreza es una injuria y que su cooperación enriquecerá la inteligencia.
El campo de batalla en esta guerra es la población, y allí hay que ganarla. No hay terrorismo que adquiera significación sin apoyo de la población.
VRAE incluye espacios de cuatro regiones.]El desarrollo permite que los neutrales, que son la mayoría, se adhieran a quienes luchan por la pacificación
Es cierto que hay terrorismo incluso en países ricos, pero cada caso es diferente, no existen fórmulas mágicas.
Se construyen estrategias en base a la realidad local y las lecciones aprendidas. Los principios de la guerra como ciencia son comunes, pero su aplicación en cada caso demanda procedimientos diferentes y únicos. La guerra se vuelve así en un arte.
Por su lado Gustavo Gorriti, otro analista importante, apuesta por replicar “las experiencias exitosas con medidas suaves, como las acciones de desarrollo, con participación de la gente, que son mucho más eficaces que las fundamentalmente represivas.”
Gorriti y Rospigliosi presentan coincidencias y divergencias. Queda claro que la combinación de opciones es sinérgica.
No solo David Petraeus, sino los británicos en Basora, Iraq, tuvieron éxito en la línea de “ganar los corazones y las mentes”.
En lugar de criticar argumentos, planteo reflexiones e insumos:
- Las fuerzas de defensa nunca deben ser degradadas. Su recomposición toma tiempo. Aún no se recupera la capacidad operativa que enfrentó fenómeno diferente en décadas anteriores.
- Las tropas que combaten en el VRAE desarrollan una tarea titánica si consideramos las condiciones a las que fueron reducidas al año 2007. Hay allí peruanos notables que retan la muerte en defensa de la sociedad.
- Los sistemas de Inteligencia deben ser continuos y si existe corrupción, hay que curar al enfermo.
Recomponer una Inteligencia eficaz puede tomar décadas. Se agrava por la alta rotación, cuando en Inteligencia “el mejor archivo, es el hombre”.
- Las tropas combatientes que arriesgan la vida requieren la tranquilidad de saber que representan a una sociedad que las respalda y un Estado que las toma en serio y les brinda respaldo legal. Ello implica liderazgo y apoyo del más alto nivel.
- Los gobiernos regionales de Junín, Huancavelica, Ayacucho y Cusco deben hacer suyo el problema, involucrarse y no mirar desde lejos.
- Se requiere triplicar la cantidad de helicópteros, considerando que siempre habrá un tercio o más en mantenimiento. Solo el Ejército colombiano tiene más de cien helicópteros de última generación para sus fines.
- Todo el Estado debe entender por igual lo que significa un Estado de Emergencia. Para las FFAA, es actuar de inmediato. ¿Cuánto tiempo toma a otros sectores alinear acciones? ¿Cuántas postas o escuelas se han construido en parajes donde el Estado es una entelequia? ¿Cuántos puestos policiales se han restablecido donde fueron abandonados hace 25 años? Poco o nada.
- Los terroristas desarrollan una estrategia sin tiempo y actúan en función a las circunstancias. Poner un Día D para finalizar esta guerra es imposible. Este tipo de conflictos termina adelgazándose progresivamente y no hay armisticio.
Pensemos cómo el terrorismo es capaz de asesinar con saña, derribar rascacielos y matar miles de personas en el país más poderoso del mundo.
¿Por qué no se hizo o hace en el VRAE mucho de lo mencionado? La línea de base de lo que se viene haciendo es muy baja y lenta, y la contraparte social no va de la mano con las operaciones militares.
Y, es cierto, “hay un fantasma que recorre no solo el VRAE sino el Perú entero, el fantasma de la corrupción”. Este gobierno ha ofrecido una cruzada para combatirla. Apostemos por ella.