Con el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en implementaci贸n y buques peruanos navegando en el nuevo mar, podemos examinar la estrategia elegida para el logro de este objetivo de estado.
Estrategia es el conjunto de acciones que se adoptan para alcanzar un objetivo. Implica determinar el mejor m茅todo e incluye claridad de visi贸n y misi贸n, constituir equipos y cuando la tarea est谩 ligada a soberan铆a y jurisdicci贸n, entenderla como una causa nacional.
El a帽o 2,004 fue clave. En julio el canciller peruano Manuel Rodriguez Cuadros propuso conversaciones directas para solucionar el impase que en setiembre la canciller chilena Soledad Alvear las rechaza. En noviembre el nuevo canciller chileno Ignacio Walker firma una declaraci贸n admitiendo la controversia y su car谩cter jur铆dico. Un objetivo intermedio hab铆a sido alcanzado y la estrategia jur铆dica era delineada.
En febrero de 2006, el Per煤 retir贸 ante la OEA las cinco reservas planteadas al Pacto de Bogot谩 dejando expedito el camino a La Haya. En adelante hubo acciones reforzadoras muy importantes como el acuerdo de l铆mites con Ecuador del 2,011 que simplific贸 el problema a un asunto de a dos. La neutralizaci贸n de cualquier participaci贸n de terceros en CIJ fue determinante pues podia perturbar innecesariamente un proceso muy claro del lado peruano.
En t茅rminos napole贸nicos hay objetivos m谩ximos y m铆nimos. El objetivo m谩ximo era que la CIJ trace el l铆mite mar铆timo entre los dos pa铆ses que englobe 66,000 Km2 de nuevo mar para Per煤. Hoy tenemos el l铆mite mar铆timo y nuevos 50,000 Km2 de espacio mar铆timo. Un elevado porcentaje de peruanos cree que hemos ganado, otro menor cree que no, a partir de su propia forma de evaluar. Lo logrado no es tan m铆nimo y queda claro que hace falta tambi茅n aprender a ganar, cosa no tan familiar entre los peruanos.
Si la estrategia se puede evaluar por objetivos alcanzados en funci贸n a los pasos dados, tambi茅n se podr铆a entender su valor y pertinencia con una simple pregunta: ¿hab铆a una mejor estrategia para alcanzar tal objetivo en los t茅rminos y plazos del proceso ante la CIJ?. Dejemos en claro que s铆 la esperanza no es un m茅todo, tampoco la aventura es una estrategia.
No registramos estrategias de estado que haya comprometido a m谩s de dos gobiernos en el mismo rumbo y misma tenacidad pues hasta en el combate al terrorismo los gobiernos zigzaguearon. Ni recordamos la movilizaci贸n de emociones colectivas como durante la fase oral en diciembre de 2012 o durante la lectura del fallo. El estado peruano tuvo m谩s vida que nunca.
El equipo peruano demostr贸 mucha competencia y serenidad flem谩tica que no lo dice la literatura y bien podr铆a recoger como requisito en casos similares pues supo asimilar las expectativas de un pueblo y lidiar con pasivos de decisiones y “actos propios” de d茅cadas atr谩s, sin perturbarse.
Al solucionarse un tema pendiente de soberan铆a, algo ganamos de paz interior pues problemas de l铆mites flotando en el tiempo y pateadas ad infinitum generan intranquilidad de conciencia y afectan la identidad de la naci贸n. Este proceso debe servir adem谩s, para ense帽ar y aprender la indispensable escrupulosidad en la administraci贸n de soberan铆a y l铆mites patrios y no repetir algunos hechos del pasado que empe帽an parte importante de nuestro futuro.
Si la estrategia jur铆dica para definir el l铆mite mar铆timo logr贸 el compromiso de sendos gobiernos, bien podemos establecer estrategias equivalentes en educaci贸n derivaci贸n y embalse de aguas, seguridad ciudadana, etc. Cuesti贸n de liderazgo y de ponernos de acuerdo que la gran estrategia debe ser poner el Per煤 por delante.