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22 de mayo de 2024

Cómo salir del intríngulis cooptador (Expreso)

 Hace meses cuando Jaime Villanueva decidió hablar ante la Fiscalía se constató mucho de lo que parecían solo sospechas: que el sistema de justicia no solo tenía fiscales y jueces supremos sino que fácticamente algunos zamarros se arrogaban derechos de fiscales o jueces “supersupremos”. Personas que decían defender la democracia pero infiltraban el Ministerio Público, que dicen defender los derechos humanos pero dirigían casos sin tener ninguna prerrogativa para ello.

Los padres del derecho en Grecia y Roma, analizaron el valor de la justicia desde la perspectiva de la injusticia, para que sintiéndose agraviado por lo injusto se entendiera mejor el valor de lo justo. De otro lado, Ulpiano decía: “es mejor que el delito quede impune a que se condene a un inocente” para graficar la importancia de una justicia diáfana, imparcial, nunca selectiva menos vengativa. Por ello, el símbolo de la balanza ponderadora en manos de una dama con los ojos vendados para no juzgar a quién sino a que.

Cooptar un sistema, es una forma de apropiarse de él y de su poder para ejercerlo clandestinamente suplantando parcial o totalmente a quienes tienen esa responsabilidad constitucional. Supone infiltrar personas previamente indoctrinadas que respondan a las convicciones de los promotores, establecer redes al interior y actuar de consuno al compás del titiritero.

El caso Odebrecht sin sentencias a diferencia de otros países, despertó sospechas por las extrañas decisiones como la de exonerar a Odebrecht del pago de más de 400 millones de deuda tributaria o permitir que vendan la hidroeléctrica de Chaclla en 1400 millones de dólares para pagar acreedores excepto a la Sunat o que el saldo unos 430 millones lejos de embargarlos, fueran repatriados. Quienes esperaban ver expiar culpas a Odebrecht siguen esperando que al menos el acuerdo se haga público.

Los defensores de esta inequidad, aturdían con sus teorías excéntricas pro-Odebrecht y cerraron el círculo de la sospecha. Hoy queda claro que no se defendieron los intereses patrios y los investigadores habrían respondido a intereses ajenos a los de su noble misión. Falta aún conocer el tablero completo, sus chuecas estrategias y todos los responsables que entre otros, hicieron regresar a un presidente que abandonó su visita de Estado, precisamente en Brasil.

¿Qué buscan los cooptadores? Sumar más poder al de facto que ya se arrogan y ¿para qué? para beneficio propio y de grupo, con el riesgo adicional que clandestinamente puedan servir a quienes buscan pervertir las instituciones, desprestigiarlas, desfigurar a los reacios, dañar honras selectivamente y si no funciona, agudizar las contradicciones y enfrentarnos entre peruanos, adelantar elecciones, reemplazar gobiernos y más, hasta hallar al funcional que necesitan.

Decía el extinto Piñera: el mejor antídoto contra la corrupción es la luz solar como desinfectante. Eso es investigar y mostrar las entrañas al viento. Y ello, solo puede hacerlo una comisión investigadora del Congreso de la República. No hay otra forma de determinar el nivel de infiltración en el sistema de justicia con jueces y fiscales “entrenados” por los cooptadores. Esos caballos de Troya deben ser ubicados si queremos que la justicia no sea selectiva ni vengativa.