Hace meses cuando Jaime Villanueva decidió hablar ante la Fiscalía se constató mucho de lo que parecían solo sospechas: que el sistema de justicia no solo tenía fiscales y jueces supremos sino que fácticamente algunos zamarros se arrogaban derechos de fiscales o jueces “supersupremos”. Personas que decían defender la democracia pero infiltraban el Ministerio Público, que dicen defender los derechos humanos pero dirigían casos sin tener ninguna prerrogativa para ello.