El 21 de febrero se produjo un violento secuestro en Chile que no mereció mucha atención a pesar del atentado a los DDHH y al principio de soberanía de los Estados. Fuerzas ajenas a Chile y con posible complicidad interna, realizaron una operación que en su dimensión geográfica, habría abarcado a otros países.
Una supuesta fuerza expedicionaria venezolana cuya magnitud se desconoce, habría ingresado a territorio chileno violando su soberanía ante la inacción de sus servicios de inteligencia que quizá fueron convenientemente marginados; secuestraron al teniente venezolano Ronald Ojeda Moreno, un refugiado político venezolano en Chile quien días después fue hallado descuartizado dentro de una maleta y bajo cemento.