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El Perú ha tenido faustos e infaustos hermanos en su historia, para bien o para mal. Los hermanos Ayar son leyenda pero Huáscar y Atahualpa destruyeron el Tawantinsuyo disputándose el poder. Los hermanos Tito Cusi, Túpac Amaru I y Sayri Túpac, hijos de Manco Inca, lucharon por rescatar lo suyo frente a seguidores de otros hermanos, los Pizarro.
Los hermanos Paillardelli: Enrique y Juan, siguieron el primer grito de libertad de Zela, levantándose en Tacna en 1813. Más tarde los hermanos Angulo: Vicente, Mariano, José y Juan, tres militares y un clérigo en 1814, se levantaron contra la colonia, en Cusco. Capturados, fueron ejecutados sumariamente.
Los hermanos Gutiérrez: Tomas, Silvestre, Marceliano y Marcelino, en 1872 se levantaron contra el presidente José Balta para impedir que Pardo y Lavalle asuma la presidencia. Los cuatro coroneles tomaron el poder y Tomás fue presidente por cuatro días. Salvo Marcelino, tres de ellos fueron colgados y luego quemados en la plaza de armas.
Los hermanos Cáceres Dorregaray, Juan y Andrés. Ambos combatieron en Tarapacá venciendo a los invasores. Juan murió en el lugar y Andrés, el Brujo de los Andes y héroe de La Breña, fue sin dudas el mejor soldado de infantería del Perú.
Los hermanos Quispe Palomino, Víctor, Jorge y Marco (+), naturales de Vilcas Huamán y herederos del esquizofrénico Sendero Luminoso se nutren del narcotráfico, asesinan civiles (“soplones”), militares, policías, secuestran nativos y niños para adoctrinarlos en el uso de armas en el Vraem.
De los siete hermanos Humala, Antauro y Ollanta ingresaron al Ejército según su propio padre, para buscar el poder para el marxismo criollo. Ollanta elegido luego constitucionalmente, sucumbió ante la fuerza de la corrupción, purgó prisión preventiva y sigue procesado. Antauro, hoy en prisión, es conocido por su postura extrema e ideas originales y algunas curiosas como radicales contra la corrupción. Es aun un personaje en curso.
Los hermanos Chávez Sotelo, Jorge y Frank, abogados, viven succionando recursos a las mineras y al Estado, manipulando comunidades, enfrentándolas a las mineras. Extorsionan, lucran con porcentajes de éxito, especulaban con muertos para presionar al Gobierno. Fueron presos y liberados luego. Parasitismo y crimen.
Aparecieron otros “hermanitos” no sanguíneos necesariamente: “Los Cuellos Blancos del Callao” son tan infaustos como tantos registrados en la historia. Copaban puestos en la judicatura y otras instituciones claves, por prebendas e impunidad. Las fechorías los hermanaron.
Hay hermanos en la historia peruana considerados próceres, patriotas, héroes, campeones deportivos, artistas exitosos. Otros dieron la vida por la patria. También, terroristas, ladrones, golpistas. Algunos dignos del altar de la patria y otros el cuchitril de la historia.
“Soy su hermano pero no sé nada”, es una expresión atribuida a un narcotraficante que puede evocar también a Caín y Abel.
