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24 de abril de 2019

Suicidios y honores a nuestros héroes (Expreso)

Cada 40 segundos se produce un suicidio en la humanidad. Unas 800 mil personas se suicidan cada año en el mundo según la Organización Mundial para la Salud (OMS). Hoy, los suicidios generan cuatro veces más muertes que las guerras contemporáneas que bordean las 200 mil al año.

La OMS cataloga al suicidio como “un grave problema de salud pública, prevenible y de bajo costo”. Los trastornos debidos a depresión, alcoholismo y drogas son fuente primaria de suicidios, aunque algunos se producen impulsivamente por shocks frente a problemas agobiantes. El suicidio impulsivo no explota sin un germen en estado latente que espera una circunstancia que la gatille.

En el Perú se produce casi un suicidio por día y la reciente del expresidente Alan García ha desatado una miríada de artículos, tuits, textos en redes, comentarios y análisis de todo tipo. Es pertinente respetar el dolor familiar del momento. A mi entender, los juicios de valor tienen su momento.

Estudios en EE.UU. concluyen que la excesiva cobertura y el erróneo enaltecimiento de un suicidio, constituye grave riesgo que puede inducir a otros al “síndrome de Marilyn Monroe”, cuyo suicidio y altísima cobertura disparó el número de “imitadores”. También en EE.UU., cada día se suicidan 20 veteranos producto del estrés de guerra vivido. La correlación suicidio y dolencia sicológica no admite dudas.

Así como hay suicidas, hay héroes y el 22 de abril es memorable en el Perú por recordarse la gesta de rescate de rehenes vía operación Chavín de Huántar. Crucial en nuestra historia reciente. Comandos de las FF.AA. fueron puestos a prueba en una operación quirúrgica, lindante con la perfección y también con la muerte. La misión, que es sagrada para un militar, fue: “rescatar con vida a los rehenes”. Breve enunciado con decenas de tareas, simulaciones, ensayos y mucho coraje. Y los comandos lo hicieron por el Perú.

Siempre me he referido a esta operación militar como una digna del primer mundo, pero política y judicialmente del tercer mundo, y la sostengo a la luz de la forma como se manejó la posoperación y la presión judicial ejercida sobre militares que actuaron bajo las prerrogativas del uso legal de la fuerza.

El estrés operativo de los comandos fue muy grande agravado por las denuncias y juicios por más de veinte años, incluso en tribunales supranacionales. Los comandos están entrenados para resistir, pero faltan registros valederos sobre suicidios de tropas convencionales excombatientes, derivados del estrés de guerra. Es deuda tenerlo.

Los soldados tienen una formación férrea para afrontar riesgos y cumplir misiones en condiciones adversas, pero al final, son solo seres humanos.

¡Honor y gloria a los héroes de la operación militar Chavín de Huántar!