Si las cosas se hacen a través de las personas, los recursos humanos constituyen el factor mas importante a cuidar en cada organización. Por ello en las escuelas más importantes se enseña el buen Gobierno del Talento Humano y con ello también de la responsabilidad interna que todo líder debe tener respecto a su personal como complemento de la responsabilidad externa ligada al cumplimiento de la misión.
Es cierto que en este gobierno hay incrementos para los miembros de las Fuerzas Armadas y PNP, pero solo en actividad y en la forma de bonos no pensionables, que generarán una enorme desazón cuando el efectivo pase al retiro y deba vivir con el 55 % de lo que percibe. Las nuevas generaciones afiliadas a las AFP, cuando alcancen “uso de razón profesional” en los grados de teniente o capitán, preferirán buscar otros horizontes dejando la carrera de las armas. Falta de visión de largo plazo para con instituciones permanentes de la patria.
Lo más sensible es la vulneración de los derechos de los pensionistas. Cuando los hoy pensionistas ingresaron a filas en el siglo pasado lo hicieron con reglas de juego legales claras y mutuamente aceptadas, que han sido violadas. La ley no es retroactiva salvo que favorezca a la persona y en este caso a pesar de afectar al pensionista militar, los DL 1133, DS 246 y otros, se han aplicado en clara muestra de abuso del derecho, borrando de un plumazo la pensión renovable que se prometió respetar
El exministro Castilla y el también exministro Villena (el que agredió a una dama azafata en Arequipa), fueron los ideólogos de este zafarrancho que permite que hoy, entre otros, subalternos ganen más que sus superiores jerárquicos, situación que deberá ser corregida en el futuro.
Otro de los temas graves, es el pase al retiro prematuro de cuadros de vanguardia profesional dentro del ejército y que deberán reincorporarse a filas por una cuestión legal y moral. No es que hayan ascendido los más malos pues quien llega a coronel luego de muchos años, méritos tiene. Se trata de respetar los cuadros de mérito y aceptar que a algunos les corresponde ascender y a otros esperar su momento.
Atropellar, es inconducente y solo degrada la institucionalidad en todos sus aspectos y los jóvenes oficiales pueden pensar que buscarse una “palanca” política sustituye al esfuerzo profesional como antecedente del éxito.