Asia es el continente más grande y poblado del orbe. Cuatro mil millones de personas alcanzan el 60% de la población mundial. Es fuente de las mayores reservas petroleras y cuatro de los cinco mayores productores mundiales son asiáticos. Su extraordinario crecimiento económico no está exento de apuros en una región donde la presencia extranjera desde Marco Polo para bien o para mal, es una constante.
China es segunda y Japón la tercera economía del mundo pero además Rusia, India y China, son tres de las cinco economías emergentes conocidas como BRICS. En Asia están también: Irán, Israel, Líbano, Siria, Irak, Afganistán, Corea del Norte, entre otros, países grandes y pequeños y fuente de inestabilidad frecuente.
En ajedrez, un gambito permite ceder piezas para ganar una mejor posición. En este ajedrez geopolítico reciente sobre tableros asiáticos el primer gambito lo realiza EEUU cuando su presidente enfatiza que es una potencia del Pacífico, en clara alusión que su liderazgo por casi cien años en el Atlántico Norte y con una Europa en recesión, pasaría a una segunda prioridad para posicionarse mejor frente a actores del Pacífico.
En jugadas anticipadas, EEUU firmó tratados de defensa mutua con Japón, Corea del Sur, Filipinas, Taiwán, entre otros. Tiene base propia en Hawái y una muy grande en Corea del Sur. El año 2008 vendió armas a Taiwán por 6,500 millones de dólares que irritó a China para quien Taiwán es la “isla rebelde” a recuperar y parte irrenunciable de su territorio. ¿Es Taiwán un alfil frente al rey?
El 31 de diciembre último, EEUU promovió sanciones contra la República Islámica de Irán, cuarto productor de petróleo en el mundo, con programa nuclear propio y promotor en Oriente Medio de Hezbollah contra Israel. La respuesta no fue perezosa y el primer día del año Irán probó misiles en belicosa respuesta en pleno Golfo Pérsico (Estrecho de Ormuz), escenario de dos guerras en 20 años. Cualquier contingencia con Irán tendría otros actores espontáneos, Israel uno de ellos.
De otro lado el reenfoque ruso en Asia responde a una sumatoria de hechos recientes y lejanos, algunos más visibles que otros. Rusia que se acercó a Europa y la OTAN sin muchos resultados, replanteó su juego y logró alianzas económicas con China y otros países del área. Acercamiento que durante la guerra fría EEUU buscó y logro neutralizar. Una alianza Chino-Ruso no es moneda corriente pues además de crecientes economías, son potencias nucleares con capacidades estratégicas (satelitales, submarinos, portaviones, etc.) aptas para jugar roles en todo el globo. El eje Moscú - Pekín está cada vez más sólido.
Ambos vienen desarrollando jugadas importantes. Un oleoducto desde la Siberia los une desde el 2011 y tienen el difícil reto de llevarlo por territorio de Corea del Norte comunista, hasta la prospera y sorprendente Corea del Sur. Por cierto China y Rusia cooperan con la antípoda Corea del Norte nuclear que padece hambre, y serán los primeros en decir su palabra en cualquier contingencia coreana norte-sur. Una vez más el ajedrez geopolítico ubicaría a EEUU y Rusia frente al tablero, esta vez sobre el Pacifico y China muy cercano al segundo no será mero espectador.
China por su parte desarrolla un intenso esfuerzo de integración comercial con India. Carreteras y ferrocarriles a través de Myanmar (ex Birmania) acercan a los dos países más poblados del mundo. India no es un socio fácilmente reclutable y eso también lo sabe EEUU, pero su peso específico en la región y en el mundo no es desdeñable.
En el marco de la OTAN, EEUU cuenta con aliados confiables con capacidad nuclear: Francia y Gran Bretaña. El tablero asiático es más complejo pues hay al menos cinco países con capacidad nuclear y por tanto tienen “agenda propia” o la presumen: Rusia China, India, Pakistán y Corea del Norte, con Israel como incógnita e Irán buscando entrar a esta élite. El ajedrez habrá de ser fino y los caballos no podrán ser empleados como martillos, en un ajedrez geopolítico bastante energético.
Cuando un evento es lejano muchas veces las percepciones pueden ser hasta indiferentes. Pero en un mundo tan interactivo, cuanto suceda al otro lado de la tierra nos incumbe. Especialmente si China es hoy nuestro primer socio comercial o si el presidente de Irán y líder de un régimen fundamentalista se pasea por el vecindario latinoamericano. Es imperativo estar atentos al ajedrez geopolítico mundial.