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22 de marzo de 2012

Consolidación y Oportunidades en el Huallaga


Tras la captura de Abimael Guzmán, se adoptaron dos acciones de consolidación que buscaron aprovechar el éxito: la ley de arrepentimiento y el programa de apoyo al repoblamiento (PAR). La primera brindaba oportunidades a quienes, vinculados al terrorismo no eran cabecillas o estaban involucrados en hechos sangrientos, lo que permitió el desbande de algunas estructuras terroristas. El PAR buscaba retornar algunos de los cientos de miles de migrantes que abandonaron todo para refugiarse en las ciudades. Ambas tuvieron relativo impacto por falta de continuidad y seguimiento de procesos.

Con las capturas de Polay y “Feliciano”, creímos haber derrotado al terrorismo, cuando solo eran éxitos importantes, pero iniciales. Terminamos cediendo la iniciativa y los espacios que capitalizaron los terroristas para ligarse con el narcotráfico y no pudimos cerrar este capítulo oscuro de nuestra historia. Fallamos en la consolidación.

Consolidación es un término muy usado en el léxico militar y se refiere a tareas de afianzamiento luego de la conquista de objetivos iniciales, para constituirlos en puntos de apoyo y aprovechar el éxito a la par de negarle la posibilidad de recuperación del adversario. Cantar victoria prematuramente, es ceder la iniciativa y nada responsable.

Un grave error fue descuidar la parte legal y menospreciar la estrategia terrorista de rescatar presos de las cárceles y reestructurar sus cuadros, denunciar al estado en fueros internacionales, ocultar otros muchos como asilados políticos, flexibilizar las condiciones carcelarias y hasta permisos judiciales de viaje al extranjero, etc. Todo un carnaval. Simultáneamente había que golpear cual villanos a quienes pusieron el pecho por salvar lo que quedaba de democracia entonces.

Si lo anterior fue grave, no lo es menos haberse olvidado de saldar cuentas con la población que había sido duramente afectada por la acción del terrorismo. Terrorismo, que pregonaban “destruir para construir”, es decir acabar con el estado vigente para construir el de la “nueva democracia”, que en el colmo del achaque ideológico visaba un millón de muertos en el camino. El terrorismo avanzó en “destruir el estado”. Volaron en pedazos puentes, torres de alta tensión, comisarías, escuelas, tramos de ferrocarriles, postas médicas, cooperativas agropecuarias, bancos, municipalidades, canales de televisión, asesinaron a dirigentes comunales de lejanos parajes, alcaldes, a jueces y fiscales, militares, policías, funcionarios, ministros, ronderos, etc., minando la moral nacional, pues devastaron más que cualquier guerra y por poco la esperanza de millones de peruanos.

La teoría general frente a estos fenómenos, sugiere tres etapas: prevención, intervención y reconstrucción. Sobre la intervención se ha escrito bastante y también somos conscientes de nuestro sentido de anticipación. Poco hemos dicho sin embargo sobre la crucial reconstrucción que solo el estado puede hacerlo.

La moral colectiva de la nación asentada en las ciudades se vio reconfortada con las capturas o el arrepentimiento de algunos. Nadie reparó el trauma sicológico de cientos sino miles de poblados rurales donde la reconstrucción moral, sola, viene encontrando sus cauces y la escasa reconstrucción material se priorizó en los centros poblados más densos. ¿Qué paso con los poblados alejados?

Lucanamarca, Uchurajay, Soras, Chiquintirca, Husnay, Chungui, el heroico Pichihuillca, y cientos de poblados, siguen igual. Es cierto que con el cambio de la situación económica se ha avanzado algo en llevar luz, agua y quizá leves mejoras en salud. Pero ese esfuerzo no fue lo intenso ni focalizado en los lugares donde se debió reconstruir.

Hoy, la gran oportunidad la tenemos en el Huallaga. Capturado (a) “Artemio”, el éxito debe ser utilizado por el estado para que realmente gane el Perú y no lo celebren el "cartel de Sinaloa" o los cabecillas del Vrae. Hay que consolidar el éxito obtenido, fruto de un largo esfuerzo y reconstruir las relaciones del estado con la población del Huallaga en términos de salud, educación, vías de comunicación y alternativas a la pobreza. Resulta increíble que desde la capital del departamento de Huánuco por ejemplo, no se pueda llegar a Huacaybamba o Huacrachuco y se deba viajar a Lima y luego a Trujillo para hacerlo por Pataz. O que el Valle del Monzón siga en manos bandas narcotraficantes. Replicar en todo el valle el llamado "milagro de San Martín", el éxito con la palma aceitera de Palma del Espino o el de la Cooperativa de Naranjillo, verdaderas proezas cada uno en su modalidad y que trascendieron al terrorismo y aun al narcotráfico. Si perdemos la oportunidad, algunos años más tarde estaremos nuevamente lamentándolo.

16 de marzo de 2012

El complicado ajedrez geopolítico en Asia


Asia es el continente más grande y poblado del orbe. Cuatro mil millones de personas alcanzan el 60% de la población mundial. Es fuente de las mayores reservas petroleras y cuatro de los cinco mayores productores mundiales son asiáticos. Su extraordinario crecimiento económico no está exento de apuros en una región donde la presencia extranjera desde Marco Polo para bien o para mal, es una constante.

China es segunda y Japón la tercera economía del mundo pero además Rusia, India y China, son tres de las cinco economías emergentes conocidas como BRICS. En Asia están también: Irán, Israel, Líbano, Siria, Irak, Afganistán, Corea del Norte, entre otros, países grandes y pequeños y fuente de inestabilidad frecuente.

En ajedrez, un gambito permite ceder piezas para ganar una mejor posición. En este ajedrez geopolítico reciente sobre tableros asiáticos el primer gambito lo realiza EEUU cuando su presidente enfatiza que es una potencia del Pacífico, en clara alusión que su liderazgo por casi cien años en el Atlántico Norte y con una Europa en recesión, pasaría a una segunda prioridad para posicionarse mejor frente a actores del Pacífico.

En jugadas anticipadas, EEUU firmó tratados de defensa mutua con Japón, Corea del Sur, Filipinas, Taiwán, entre otros. Tiene base propia en Hawái y una muy grande en Corea del Sur. El año 2008 vendió armas a Taiwán por 6,500 millones de dólares que irritó a China para quien Taiwán es la “isla rebelde” a recuperar y parte irrenunciable de su territorio. ¿Es Taiwán un alfil frente al rey?

El 31 de diciembre último, EEUU promovió sanciones contra la República Islámica de Irán, cuarto productor de petróleo en el mundo, con programa nuclear propio y promotor en Oriente Medio de Hezbollah contra Israel. La respuesta no fue perezosa y el primer día del año Irán probó misiles en belicosa respuesta en pleno Golfo Pérsico (Estrecho de Ormuz), escenario de dos guerras en 20 años. Cualquier contingencia con Irán tendría otros actores espontáneos, Israel uno de ellos.

De otro lado el reenfoque ruso en Asia responde a una sumatoria de hechos recientes y lejanos, algunos más visibles que otros. Rusia que se acercó a Europa y la OTAN sin muchos resultados, replanteó su juego y logró alianzas económicas con China y otros países del área. Acercamiento que durante la guerra fría EEUU buscó y logro neutralizar. Una alianza Chino-Ruso no es moneda corriente pues además de crecientes economías, son potencias nucleares con capacidades estratégicas (satelitales, submarinos, portaviones, etc.) aptas para jugar roles en todo el globo. El eje Moscú - Pekín está cada vez más sólido.

Ambos vienen desarrollando jugadas importantes. Un oleoducto desde la Siberia los une desde el 2011 y tienen el difícil reto de llevarlo por territorio de Corea del Norte comunista, hasta la prospera y sorprendente Corea del Sur. Por cierto China y Rusia cooperan con la antípoda Corea del Norte nuclear que padece hambre, y serán los primeros en decir su palabra en cualquier contingencia coreana norte-sur. Una vez más el ajedrez geopolítico ubicaría a EEUU y Rusia frente al tablero, esta vez sobre el Pacifico y China muy cercano al segundo no será mero espectador.

China por su parte desarrolla un intenso esfuerzo de integración comercial con India. Carreteras y ferrocarriles a través de Myanmar (ex Birmania) acercan a los dos países más poblados del mundo. India no es un socio fácilmente reclutable y eso también lo sabe EEUU, pero su peso específico en la región y en el mundo no es desdeñable.

En el marco de la OTAN, EEUU cuenta con aliados confiables con capacidad nuclear: Francia y Gran Bretaña. El tablero asiático es más complejo pues hay al menos cinco países con capacidad nuclear y por tanto tienen “agenda propia” o la presumen: Rusia China, India, Pakistán y Corea del Norte, con Israel como incógnita e Irán buscando entrar a esta élite. El ajedrez habrá de ser fino y los caballos no podrán ser empleados como martillos, en un ajedrez geopolítico bastante energético.

Cuando un evento es lejano muchas veces las percepciones pueden ser hasta indiferentes. Pero en un mundo tan interactivo, cuanto suceda al otro lado de la tierra nos incumbe. Especialmente si China es hoy nuestro primer socio comercial o si el presidente de Irán y líder de un régimen fundamentalista se pasea por el vecindario latinoamericano. Es imperativo estar atentos al ajedrez geopolítico mundial.

1 de marzo de 2012

Tropas Especialistas para el Ejército


Los ejércitos según su composición de tropas, pueden ser de conscriptos o profesionales. El Ejército del Perú (EP) es uno de conscriptos pues alrededor del 70% de su componente humano, son soldados del servicio militar, que luego de dos años retornan a la vida civil en un proceso llamado licenciamiento. Justo, cuando han alcanzado un alto nivel en su formación militar.

El EP nació con el servicio militar obligatorio. En la práctica, siempre ha sido una institución de muy alta rotación de personal por el vaivén de captación, formación y licenciamiento. Este modelo que fue común a muchos ejércitos del mundo, ha sido corregido por muchos de ellos, pues no se puede continuar con un esquema disfuncional a la realidad de las amenazas que evolucionan al ritmo del cambio de la sociedad o quizá mas rápidamente.

La conscripción total, hoy resulta obsoleta por múltiples razones: la escaza capacidad de aprestamiento, esa cualidad de estar siempre listos, los costos de captación de reclutas en rincones alejados del país, el circulo vicioso de invertir recursos humanos y materiales para perderlos irremediablemente, la incapacidad de aprovechar la experiencia o que algunos licenciados terminen en bandas criminales, etc. El ejército de conscriptos fue solución en su momento y le debemos mucho a héroes conscriptos como el sargento Fernando Lores Tenazoa, el cabo Victor Pantoja, el soldado Reynaldo Bartra; y muchísimos otros, en el combate al terrorismo.

Son graves sin embargo, los niveles de ineficacia operativa en periodos de enlace entre licenciamiento y captación de nuevas contingentes. Los niveles operativos descienden, para reconstruirse escalonadamente y perderlos de nuevo en un quehacer insensato, donde el esfuerzo formador se esfuma, sin más.

Al cesar el servicio militar obligatorio, se inició el fin del modelo que hoy tambalea por una concurrencia de factores, desde el crecimiento económico con mejores oportunidades laborales, hasta la percepción de servir y arriesgar sin reconocimiento, ser enjuiciados o recibir una propina que habiéndose incrementado sucesivamente, es precaria, etc. Solo jóvenes que buscan alternativas de movilidad horizontal o vertical ven al ejército como opción. Bien para ellos. Pero muy malo para los fines de una fuerza con tareas sensibles de defensa nacional.

De otro lado, el avance tecnológico y las nuevas herramientas, demandan personas con mayor preparación y permanencia en filas de manera que la inducción y el entrenamiento tengan sentido y se pueda lograr lo mejor de cada uno y de cada equipo.

El 2009, se presentó un proyecto de tropas especialistas y fue aprobado en el Consejo de Seguridad Nacional, luego como proyecto del ejecutivo aprobado por la Comisión de Defensa. El pleno del congreso lo aprobó por unanimidad y el presidente promulgó la ley 29417 que establecía 30 días para su reglamentación. Parecía que la urgencia se había entendido.

El nuevo esquema visa un 50% de tropas especialistas que brinden continuidad y permanencia, permita recuperar la indispensable capacidad de apresto, aprovechar la experiencia por no menos de quince años, otorgarle derechos laborales, brindarles un plan de carrera, permitir que los más competentes puedan acceder a ser suboficiales y continuar su proyecto de vida, etc.

Para variar, la reglamentación fue rechazada por el MEF a pesar que el EP tenía presupuestos para aquel y el siguiente año, pues este esquema privilegiaba la calidad de tropas sobre la cantidad de las mismas y se podían optimizar presupuestos reduciendo algún porcentaje de conscriptos y con ello también reducir el problema de captación de reclutas. Todo ello sigue congelado.

Por un lado, la vergonzosa e irresponsable aversión de algunos funcionarios del MEF a temas de defensa, pero también la falta de continuidad de procesos y perseverancia en el sector defensa y ejercito donde cada jefe quiere imprimir su sello a su estilo y medidas.

Que el brusco despertar de Kiteni, Kepashiato y alrededores, no solo sirva para despedir ministros. Ojalá que de los síntomas, pasemos a las soluciones de fondo.