Tras la captura de Abimael Guzmán, se adoptaron dos acciones de consolidación que buscaron aprovechar el éxito: la ley de arrepentimiento y el programa de apoyo al repoblamiento (PAR). La primera brindaba oportunidades a quienes, vinculados al terrorismo no eran cabecillas o estaban involucrados en hechos sangrientos, lo que permitió el desbande de algunas estructuras terroristas. El PAR buscaba retornar algunos de los cientos de miles de migrantes que abandonaron todo para refugiarse en las ciudades. Ambas tuvieron relativo impacto por falta de continuidad y seguimiento de procesos.
Con las capturas de Polay y “Feliciano”, creímos haber derrotado al terrorismo, cuando solo eran éxitos importantes, pero iniciales. Terminamos cediendo la iniciativa y los espacios que capitalizaron los terroristas...